martes, junio 14, 2011

Chapter XVIII: Reasons.

14/06/11

Hamburg Hbf, 8:14.

Mood del momento:

- El norte. Siempre me gustó la idea de ir al norte, aunque ninguna razón cautivante en especial, salvo las auroras boreales y las noches blancas que se aprecian solamente en invierno. Aun asi, Escandinavia debe tener lo suyo mas allá de un puñado de vikingos depredadores. Voilá, creo que ya viene mi tren... -


Fue hoy exactamente hace un año cuando esto empezó. En ese entonces estabamos por abordar al bateaux mouche parisino con los que llegaron esa semana. Estaba incrédulo.


Y bien, hoy no es tan diferente, sigo incrédulo, y estoy de nuevo en otro punto de partida como es habitual en estas rachas, regresando al punto donde comienzan y terminan las historias. Me gustan las historias. Y mas aun contadas en carne propia. Just so tasty.


Ahora estoy totalmente seguro que las estaciones como ésta resguardan los mejores principios y finales del mundo impregnadas en murmullos en sus frías paredes, no podría ser de otra manera cuando tantos encuentros y desencuentros convergen en un mismo lugar como este con tremendas sobredosis emocionales.


Me despedí ayer de Marisa justo aquí pasando las 12 de la noche, casi en el mismo lugar donde nos encontramos el primer día, y donde casi pierde su tren por haber cambiado de andenes, jojo, pero aun así tuvimos tiempo suficiente para algunos detalles pendientes; un speech en español de último minuto y unas cuantas letras. Tiene una re-bonita caligrafía manuscrita de trazos larguísimos que bien podría ser de una duquesa Alsacea del siglo XVI. Eso habla mucho de su persona. Es psicografología en otros términos, que define su personalidad a través de su forma de escribir. Baah, sobra explicarlo.


La niña alemana que empezó siendo la de la sonrisa bonita en Paris hace un año, terminó siendo hoy la mejor sonrisa del planeta. Así nomás, y claro que lo sabe y bien puede jactarse por ello. Desde el principio esa fue la conexión con ella a decir verdad. Simplemente hay veces que la fotografía no da el ancho para atrapar esa clase de detalles como se ven desde fuera de la lente, pero bien lo intenté, snif snif.


Aunque en un principio me puso enfrente de una Heineiken cuando le pedí una cerveza alemanísima el primer día, no la culpo, ni tampoco por decirme en cada esquina que todas las catedrales en Hamburgo se llamaban St. Nicholas, aun así por tantito y le creía, pero esa sonrisa de dulce incertidumbre la delataba, y creo que con ese simple gesto me daba por bien servido durante toda esta rapsodia.


Bailarina de ballet de nacimiento y convicción, hace trazos mientras caminamos en la calle, silba muchísimas canciones diferentes todo el tiempo que nunca pude descifrar, pero que son inevitablemente contagiosas; va a los Balzac y Starbucks después de caminar por horas para comprar jugo de naranja "naturalísimo" por extrañas razones que ella misma desconoce. Tiene muchas, muchísimas cosquillas, y es de las pocas mujeres conocidas que le late también cañon Oasis.


Ohhh, y no le gustan los patos, los cisnes, las palomas, las garzas, los gansos, ni nada que tenga plumas, "pues ella teme que puede ser atacada por ellos cuando Beto los alimenta a la orilla del lago", así, con su re-bonito acento alemán en español. Nos sobraban las risas.


Pasé los cuatro días enteros en Hamburgo con ella, no esperaba menos de su dadivosa voluntad, conocí impecablemente lo que debía conocer de su tierra a pie y sobre ruedas, de lo cual no terminaría en mi escaso tiempo de escribir para hacer el recuento de los daños. Platicamos muchísimas cosas, mucho que ver con el título de ésto, razones, razones de la vida. Asi de simple, pero tan simple como complicado. De como las casualidades se hacen "causalidades", y viceversa. Universos paralelos.


El tiempo me absorbe demasiado rápido, por eso no es bueno estar de buenas, ya veo llegar mi tren, pero tenía que darme tiempo para procesar esto y traspasarlo a letras comunes y legibles.


Ahora estoy simplemente aqui parado casi por abordar, en el principio del final de mi encuentro con ella, arrastrando con estas historias compartidas, con la sensación de haber estado con ella por mucho más tiempo y de haberla conocido de toda la vida, se ha convertido indudablemente en alguien aun más especial (como diría la gente que no encuentra otra forma más precisa de definir a las personas). Pues sí, yo tampoco encuentro la manera en este momento. Es genial estar con ella.


Todo esto es parte del proceso, viajar así es a groso modo una película efímera y cronológica de tu vida, segmentada en varios ciclos que tienes que completar, pero a diferencia de crecer, estudiar, trabajar, casarte y tener hijos en la vida, viajando los ciclos se concretan en cada estación, en cada vez que bajas y subes a un otro tren, barco, avión, y llegas a una nueva estación, una y otra vez. Historias van, historias vienen. It's never enough, como lo ilustra ella sabiamente.


Se que nos volveremos a ver, y para ser concretos, eso será realmente pronto, sigo sorprendido y todavía más incrédulo por eso.


Y esque a veces también 2 trenes llegan a la misma estación.


"Lass dich verzaubern."


Me fui.


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