No lo sabes, hasta dónde se puede llegar, el tiempo que una mente te puede dedicar, a ti, buscando una razón, tan solo una, para poder creer siquiera, que existe una remota y vaga posibilidad de poder estar ahí, junto a ti.
De verdad no sabes, la cantidad de historias ficticias y excéntricas que se pasean con inquietud alrededor de mi almohada en mi noche silenciosa, esperando tener un espacio para existir, para poder crear una conexión con la realidad y formar parte de tu vida y la mía.
No tienes idea del poder, del control que ejerce tu presencia en mi cuerpo al tan solo verte en una fracción de segundo por el pasillo. Sensaciones enérgicas se desbordan sin obedecer el más instintivo sentido común, esa chispa que enciende la magia de tu deleitante mirada, en un reflejo se apodera de mí para detener el tiempo, y mi respiración.
No creerías esa forma tan dulce y sublime de poderte sentir sin tocarte, esa fascinación de saber que eres real, que estas ahí, a unas cuantas bancas o unos cuantos salones, respirando el mismo oxígeno, congeniando en el mismo entorno, en la misma atmósfera.
No te imaginas lo preciosa que luces con tu cabello suelto, a la par del viento, la deliciosa esencia que despide tu cuello, ni el profundo encanto que tiene tu cuerpo.
No sabes cuánto puede tardar un sentimiento en encontrar un medio, una forma, las palabras precisas para poder expresarse al aire en un impulso de anhelo, por quererte acercar a mi mundo y a mis sueños.
Y tampoco sabes que me refugio en estos suaves versos para poder impregnarte algo que me viene de adentro. No sabías que yo siento esto, porque apenas nos conocemos, y no tienes que decir nada, solo tenías que saberlo.
No sabes….
Ojalá supieras.
- Humberto López
