martes, junio 21, 2011

Chapter XIX: Overload.

21/06/11

Daglivs Supermarket, Stockholm. 12:38.

Mood del momento:

- Un filetazo de salmon, queso mozzarela, jugos de frutas pa revivir, 2 pizzas pre horneadas y ya estufas. Pizza jaaa, me recordó aquella vez en Utrecht comprando la pizza "Diavola" extra picante por hacerle al machin mexicanazo, que de ahi en fuera no entendía ni peras ni tulipanes el holandés de la caja, pero esa intuitiva foto de un chipotle humeante y flameante llamó mi atención a primera vista. Compartí un poco de pizza en casa de Tanja con Giulia, y vaya que sacaba fuego la vaina esa, mis tripas eran un volcán mesopotámico en erupción, ella no se pudo comer ni la mitad de una rebanada, y yo casi tampoco, pero claro que tenía que aparentar lo contrario, como buen caballero azteca, aunque me arrasé con varios vasos de agua después... -


He dejado muchos huecos vacíos, aquí y allá tu sabes, ella sabe, nosotros sabemos, demasiada información que no he aterrizado durante estos días, me siento tal cual torta cubana que se le desborda todo el relleno, sin pies ni cabeza para arrancarle la primer mordida. Falta hablar sobre mi odisea en Holanda por el centro y norte del país, algunas irónicas clases de salsa en Amsterdam, de mi gran reencuentro con Evelien, y mi estadía con Tanja; mi viaje a Dinamarca donde mi tren se insertó completamente a un ferry para cruzar el charco, con todo y mi persona adentro, y las radiantes y exóticas historias en motocicleta en Christiania en Copenhagen; mi legendario viaje al norte de Noruega en la tierra llamada "Pa verdens ende", el fin del mundo en palabras comunes (y vaya que lo es), donde vi cosas espectaculares, fuera de toda concepción existente del planeta como lo conocemos, y claro, la estadía en casa de Frida con mi familia Noruega que me trataron cual un miembro mas de su fascinante morada escandinava. Noruega es impresionante, y ciertamente hay gente increíble aca afuera.


Como si eso no hubiera sido sifuciente, ayer a mi llegada Estocolmo despues de unas 6 horas en tren y me recibe Jocke y Marisa nuevamente al poner mi primer pie fuera del tren, puffff menuda sorpresa tío, se te cae el alma a los pies con cosas así, fue un encuentro de postal, algo que jamás me pasó por la mente, como si inconscientemente hubiera querido armar mi propia llegada perfecta a esta ciudad.


Nos fuimos directo un café para hacer algo de tiempo donde Marisa por fin decidió no pedir más jugo de naranja en uno de esos lugares designados para precisamente beber café. Fuimos a un bar medieval a beber cerveza medieval, de aspecto denso y obscuro y unos sobrantes grados etílicos, con unos bar tenders en sus customs medievales, donde nos alcanzó Diego y a esas alturas ya nos patinaba el coco a los tres. Sucedieron muchas cosas en esas escasas horas, jojo.


Quiero hacer unas buenas tomas de esta ciudad si el clima bien lo permite, por la noche sobretodo que ofrece vistas cautivantes y sustanciales con esas luces coloridas reflejadas en los ríos, aprovechar también el tiempo con Marisa en lo posible mientras siga de nuevo aquí haciéndole muchas cosquillas, comprar algunas postales, comer mucho, un chingo de salmón, y darme un buen ride en dos ruedas por los alrededores.


El jueves me esperan unas 17 horas de viaje en un ferry colosal para cruzar el mar báltico, con algo o mucha fiesta, champagne, barra libre y demás drogas de baja clasificación, por ser una de las fiestas nacionales de Letonia, y de esa manera llegar a lo que en su momento fue la unión soviética, algo que desde ya trato de asimilar, pues espero otro de los grandes reencuentros de ese otro lado del mini charco, sobra el briefing. Pero eso todavía es tiempo futuro, hoy es ahora, y nada más importa.


No creo poder estar al día con mis "crónicas de Narnia" aquí durante los próximos días, hay muchas cosas aquí afuera esperando que vaya a vivirlas, pero tal vez las fotografías permitidas hablen por si solas, se que lo harán, con algunos derechos de privacidad reservados.


Pd. La mocosa sueca en la fila de la caja me ve raro porque me vine en pijama, ups.


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