martes, septiembre 09, 2008

Todo o nada.

Es simplemente otra de esas noches en que no me alcanza el sueño.

Divagando entre reflexiones he estado llegando a la irrevocable conclusión de que siempre se tiene que ir por el todo o nada en esta vida, asi de simple.

Hoy por ejemplo, todo el dia estuvo cayendo una ligera lluvia casi a punto de rocío que me tenía bastante encabronado, no por el hecho de haberme mojado o no, sino por el hecho de haberme "medio" mojado. Ese término medio es el que siempre jode a la gente de una u otra manera. Siempre.

A mi me gusta la lluvia, y por lo tanto hubiera preferido que cayera una tromba de dimensiones catastróficas y haberme empapado enteramente hasta cagarme de risa de mi infortunio, o simplemente que no cayera ni una gota del cielo y todo siguiera igual. ¿Por qué? Porque simplemente no estamos para vivir a medias. Ese todo o nada es el que marca la diferencia entre el vivir o solo existir. Y este es uno de los paradójicos ejemplos que nos pone la madre naturaleza de lo que no debemos hacer con nuestras efímeras vidas.

Ese es el pedo que enfrenta mucha gente al no poder encontrar una forma de desenvolverse en la sociedad, porque de muchas maneras quieren hacer y/o desarrollar las cosas a medias, incluyendo su personalidad, lo que los limita a comunicarse con los demás. Muchas veces por cuestiones de seguridad, otras por falta de coraje o simplemente por mera ignorancia. Y por esto mismo nunca llegan a encontrar un verdadero "yo".

Otro vivo ejemplo es al momento de agarrar huevos para decirle a una niña que nos gusta. Si, está cabrón, pero siempre es mejor tener un "si" o un "no" a vivir arrastrando una incertidumbre que nos viene jodiendo la existencia, y que tarde o temprano nos estaríamos lamentando con el "hubiera". A ese término medio me refiero también, y a muchos otros. Hacer las cosas u olvidarte de ellas, no hay más.

Curarse o morir, no vivir en la agonía de la enfermedad.

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